CIE
CIE-10
Este articulo de cuadro clínico descrito en sujetos que
sufren alteraciones persistentes de la personalidad después de exposición
prolongada a situaciones extremas, como campos de concentración, secuestros,
exposición prolongada a situaciones amenazantes, se puede presentar como forma
evolutiva del trastorno postraumático de estrés, aunque en ocasiones ha sido
descrito como desarrollo directo de sus circunstancias etiológicas.
Expresamente se excluye en la CIE-10 como causa un acontecimiento aislado de
estrés agudo, que es la razón por la que la incluimos entre los trastornos de
estrés crónico (Gottlieb, 1997).
Por definición, los rasgos patológicos presentes son de desarrollo
posterior a la experiencia prolongada de estrés, y consisten principalmente en
actitudes persistentes de desconfianza, recelo y hostilidad, sentimientos de
vacio y desesperanza, de estar continuamente amenazado o en situación
desesperada, vivencias de extrañeza, que pueden llegar a la despersonalización,
y tendencia al aislamiento social.
Sin embargo, las transformaciones duraderas de la personalidad después
de una breve exposición a una experiencia amenazante para la vida como puede
ser un accidente de tráfico, no deben ser incluidas en esta categoría puesto
que las investigaciones recientes indican que este tipo de evolución depende de
una vulnerabilidad psicológica preexistente.
Pautas para el diagnóstico:
La transformación de la personalidad debe ser persistente y manifestarse
como rasgos rígidos y desadaptativos que llevan a un deterioro de las
relaciones personales y de la actividad social y laboral. Por lo general, la
transformación de la personalidad debe ser confirmada por la información de un
tercero. El diagnóstico esencialmente se basa en la presencia de rasgos
previamente ausentes como, por ejemplo:
a) Actitud
permanente de desconfianza u hostilidad hacia el mundo.
b) Aislamiento
social.
c) Sentimientos de vacío o desesperanza.
d) Sentimiento permanente de "estar al límite",
como si se estuviera constantemente amenazado.
e) Vivencia de
extrañeza de sí mismo.
Esta transformación de la personalidad debe haber estado presente por lo
menos durante dos años y no debe poder ser atribuida a un trastorno de la
personalidad preexistente o a un trastorno mental distinto del trastorno de
estrés post-traumático.
REACCIÓN DE
NIÑOS Y ADOLESCENTES EN SITUACIONES DE
DESASTRES
NATURALES
Aunque tradicionalmente se ha considerado que los niños tienen una gran capacidad de adaptación, los estudios e investigaciones realizadas sobre las reacciones de los niños a desastres (Norris, Friedman y Watson, 2002; Vogel y Vernberg, 1993, García Renedo, 2008) nos señalan los siguientes hechos:
· Los niños muestran unas reacciones emocionales intensas tras el desastre, pudiendo ser la sintomatología más grave incluso que la de los adultos.
· La sintomatología que muestran los niños afectados por desastres causados por el hombre (como guerras y atentados terroristas) es más intensa que la que muestran los niños afectados por desastres naturales.
· La totalidad o la mayoría de estos síntomas desaparecen con el paso del tiempo conforme el niño va consiguiendo reajustarse a la nueva situación. La permanencia de los síntomas es señal de alarma y debe llevar a una intervención terapéutica en el ámbito de la salud mental, puesto que algunos pueden llegar a desarrollar trastornos psicológicos, fundamentalmente trastorno por estrés postraumático.
· La respuesta de los niños a desastres naturales depende de muchas variables. Algunos de los factores que más influyen son: el grado de exposición al desastre, el daño personal sufrido, la edad y nivel de desarrollo del niño, los sucesos traumáticos anteriores o la existencia de protección por parte de los padres.
· Los padres no son siempre conscientes del impacto negativo de los desastres en sus los hijos ya que tienden a informar de menos síntomas que si se les pregunta a los niños.
Las reacciones de los niños tras el desastre son consecuencias lógicas de la crisis traumática vivida, lo que incluye el miedo y sobresalto fácil, la irritabilidad, los problemas de atención o los relativos al sueño. El hecho de sufrir una situación de crisis traumática genera una respuesta de estrés que se debe entender como normal lo que no es habitual es que este tipo de conductas permanezcan en el tiempo generando un Trastorno desadaptativo.
- http://diversidad.murciaeduca.es/publicaciones/lorca/doc/cap3.pdf
- http://www.psiquiatria.com/congreso_old/mesas/mesa25/conferencias/25_ci_b4.htm


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